domingo, 7 de febrero de 2010

Una tarde de invierno...



Ayer por la tarde mi amigo Pedropedales y yo nos pegamos una de esas "montaditas memorables" que surgen a veces sin haberlo preparado. Una tarde invernal fría, pero no en exceso, unos 10 grados. Sin lluvia, viento calma, el terreno mojado pero no empapado. Todo perfecto. Y así fue la tarde, perfecta. Zonas de tierra, rampas, subidas y bajadas. Casi tres horas de darle al mango, que fueron tan agradables que nos parecieron quince minutos. Hasta el punto de que hubo un momento en que Pedro se quedo sin gasolina en la GasGas. Como dice el, hacia años que no nos pasaba eso. Por otra parte, y por motivos muy distintos, a ambos nos hacía falta un rato como ese. Así que nos volvimos a casa renovados, con los brazos doloridos a lo bestia y con la sonrisa boba esa que dura varios días...










jueves, 4 de febrero de 2010

el pròxim dia t'enrecordaràs de guanyar?



De un tiempo a esta parte me he aficionado a leer con cierta regularidad el blog de Albert Cabestany.

Vaya por delante que, aunque siempre le he apreciado, nunca he sido un fan "radical" suyo. En mis preferencias siempre ha ocupado el segundo lugar, tal vez porque la simpatía y extraversion de Toni Bou me cautivó cuando le conocí hace años en un indoor de Buenos Aires.


Ese mismo día conocí a Albert y también me pareció buena gente, pero mucho mas introvertido (o tal vez discreto), tal vez por eso mis preferencias todo este tiempo entre ellos dos han mantenido ligeramente por delante a Toni Bou, eso si, ambos claramente distanciados de todos los demás.


Técnicamente , me parece mas plástico, mas estético, el pilotaje de Cabes. A cambio, el de Bou destila fuerza no carente de dinamismo y de una técnica tan depurada como la de Albert, aunque desde luego no tan estética.

Decía que, de un tiempo a esta parte me he ido aficionando a leer el blog de Cabestany. Y esto me esta llevando a apreciarle cada vez mas. Tal vez porque a través del teclado y con la tranquilidad de escribir rodeado de su entorno, se libera de esa "barrera protectora" de la que se rodea en las competiciones. No solo eso, leyendole, como pasa con algunos blogs, compartimos el lado humano de quien los escribe, y nos sentimos, cada uno de los lectores, participes de sus alegrías, de sus preocupaciones, de sus motivaciones. No de ja de ser curioso darme cuenta de que sus motivaciones a pesar de tratarse de un deportista de alta competición, son muy parecidas a las de toda mi generación.

Me hace ilusión ver que el planteamiento de Albert cuando se levanta un dia y le toca probar suspensiones no es muy distinto que el mío cuando tengo un simulador con un programa de entrenamiento por delante para cumplir a lo largo del dia. O que cuando va a entrenar cada mañana lo hace con la misma ilusión con la que yo pongo en marcha los motores de mi Airbus 320. O que, como me ocurre a mi con mis hijos, lo mejor de su vida es ver como su niña crece a su lado. Todo muy humano y entrañable.


Sinceramente, supongo que mantener el blog vivo le supone bastante trabajo al bueno de Albert, pero de verdad le aconsejo que no deje de hacerlo. Porque a largo plazo, es sinceridad que rebosa su blog, esa frescura, le reportara muchos amigos y tal vez, nunca se sabe, muchas otras cosas positivas.

Una vez dicho todo lo anterior, aunque no tengo mucho tiempo, paso a centrar el tema de hoy: Hace unos días, Albert nos regalaba una interesantísima entrada en la que hablaba del indoor de Barcelona. Creo que tiene razón en muchas cosas. El indoor de Barcelona ya no es lo que era. Y no lo es por muchos motivos, que tal vez entrare a a analizar un dia de estos si tengo tiempo (y ganas de polemizar)


con Cabes en el Indoor de Buenos Aires 2005

Pero no es ese el tema de este post. El tema es que cuenta Albert que entre sus recuerdos tiene uno especial del dia que Eddy Lejeune se retiró y de la especial y calurosa ovación que le dio el publico.


Pues que lo sepas Albert, por si alguna vez lees esto: uno de los mejores recuerdos trialeros que un humilde servidor guarda en su corazón te tiene a ti como protagonista:


Año 2002. Indoor de Madrid. Ultima carrera del campeonato del mundo indoor. La carrera de hace en el Palacio de Vista Alegre, en Carabanchel. Un sitio mucho mas pequeño que el habitual palacio de los deportes. Con el publico mucho mas cerca, casi al lado de los pilotos y los obstáculos. Frente a frente, los tres candidatos al titulo. El favorito: Douggie Lampkin. Un prodigio de fuerza, pura energía y potencia, lo que siempre caracterizó su trial, que venía de ganar absolutamente todo en los ultimos años. Un joven Adam Raga, pletórico de fuerza y moral, iniciando el mejor momento de su carrera. Y Albert Cabestany, "outsider" motivadisimo. La fuerza de Lampkin contra la elasticidad de Cabestany, con Raga afinando por momentos y llegando a la élite a pasos forzados. Pero en realidad la batalla era entre Lampkin y Cabes. La regularidad de Douggie contra la genialidad de Albert. La fuerza de un elefante frente a la elasticidad de una mariposa. Si se hubiese tratado de cortar troncos, el elefante hubiera arrasado. Pero no se trataba de cortar troncos ni de triturar piedras. Se trataba de sobrevolarlas sin perder el equilibrio, sin soltar un solo pie. Y aquella mariposa elástica y valiente creyó en si misma y en sus oportunidades.


Aquella tarde es inolvidable para todos los que la vivimos. Albert voló sobre los obstáculos de Madrid. Se deslizó sobre ellos con la facilidad de los campeones, con la gracia de los elegidos, con la magia de los fuera de serie. Aquel dia todos los espectadores de Vista Alegre jaleamos cada uno de sus ceros y volamos con el, empujamos con todas nuestras fuerzas mentales en cada obstaculo para que Cabestany finalmente se proclamase Campeon de Mundo Indoor ante el delirio de todos, grandes y peques, los madrileños que abarrotabamos el pabellón de Vista Alegre. Aquella noche Albert acariciaba los bordes de las piedras mientras Lampkin y todos los demás percutían una y otra vez contra ellas. Mientras Lampkin resoplaba como una locomotora de vapor tras cada obstáculo, Cabes, absolutamente concentrado en sus estiramientos y su respiración entre zona y zona, lo bordaba completando una actuación para la historia. Aquella noche, no contento con convertirse en Campeón del Mundo con solo clasificarse para la final, Albert peleó hasta el último punto, hasta la última carrera paralela. No le bastaba ganar el Campeonato del Mundo. También quería dedicarse, y dedicarnos, la vistoria en aquella carrera. Y lo consiguió. Entre tanto, los miles de madrileños que le jaleabamos alcanzábamos el éxtasis viendole hacer fácil lo difícil, y convirtiendo en realidad lo imposible. Los cientos de niños que aquella tarde le vieron flotar sobre los obstáculos de aquel indoor soñaron aquella noche con ser algún dia Albert Cabestany, mientras los adultos sonreíamos con la certeza de haber formado parte de un instante memorable.


Por eso quiero dedicarle esta entrada. Seguro que el no ha olvidado aquel momento tampoco. Y cuando he leído su alusión a la pasión del publico por Lejeune, he querido recordarle, que el también sabe lo que se siente cuando se esta ahí arriba. "on top of the top". Con el publico entregado al éxtasis del Campeón. Aquel día ví a un Albert que no he vuelto a ver, trazando por sitios donde nadie más se atrevía, aprovechando la superioridad de su tecnica, y sobre todo, creyendo en si mismo hasta hacer realidad lo increible. Y nosotros fuimos testigos.




Suerte y animo, Albert. Como dice tu hija, que no se te olvide ganar. Yo personalmente creo que todavía estas a tiempo de ganar a cualquiera y en cualquier terreno. Y por supuesto, de ganar al menos otro Campeonato del Mundo. Desde luego no soy quien para dar consejos, pero si que creo que es importante dejar de mirar a los demás. Solo centrarte en tu interior, como hiciste aquella noche. Y cuando gires las cabeza, probablemente los demás estén muy por detrás.


Ah, y no olvides luego compartirlo con nosotros en el blog. Un abrazo...